
Los gatos se consideran " mayores " si tienen más de 11 años, aunque pueden empezar a mostrar signos de envejecimiento antes. Todo depende de su gato. Al igual que los humanos, cuando los gatos envejecen se producen cambios en su cuerpo, su estado mental y sus necesidades. Pero sus cuidadores humanos pueden intervenir y ayudar a estos gatos maduros a mantenerse lo más sanos y felices posible en sus últimos años. He aquí algunas formas de ayudar - ¡y de mantener a tu peludo miembro de la familia felinamente bien!
Aumentar las visitas veterinarias
Por desgracia, con la edad aumenta la posibilidad de que aparezcan más dolencias y enfermedades. Al aumentar las revisiones veterinarias periódicas, ciertos cánceres, enfermedades orgánicas y similares pueden detectarse antes que después, cuando es más difícil tratarlas. Los gatos mayores también pueden ser más susceptibles a problemas relacionados con un sistema inmunitario debilitado, así como a problemas de movilidad.
Se recomienda que los gatos senior sean visitados por el veterinario cada seis meses. Seis meses en la vida de un gato maduro equivalen a 2 años en la de un humano, y durante ese tiempo pueden producirse muchos cambios físicos.
Tener en cuenta el confort
A medida que los gatos envejecen, pueden pasar más tiempo durmiendo que cuando eran más jóvenes, ¡y eso es mucho decir teniendo en cuenta que los gatos duermen normalmente entre 15 y 17 horas al día! Los gatitos que envejecen pueden sufrir rigidez y artritis, por lo que cuantos más lugares cómodos puedan dormir, mejor. Las camas y mantas cómodas para gatos en sus lugares de siesta favoritos serán muy apreciadas. También es probable que los gatos mayores sean más sensibles al frío y al calor que los más jóvenes. Las camas autocalentables o con calefacción pueden ser maravillosas para los gatos mayores, especialmente en invierno. Mantenerlos frescos en verano y calientes en invierno contribuye en gran medida a su comodidad.
Si el lugar preferido de su gato para dormir está en lo alto y le cuesta saltar como antes, una rampa o escalera para gatos es una forma estupenda de aliviar la tensión de las sensibles articulaciones y huesos de su gato.

Observar los cambios de peso
Los cambios significativos en el peso, ya sea un aumento o una disminución, pueden ser un signo de que algo va mal con su gato y deberían justificar una visita al veterinario. La pérdida de peso, especialmente si es rápida, puede ser señal de enfermedades como diabetes, enfermedades intestinales e hipertiroidismo. Mientras que el aumento de peso puede estar relacionado con una vida más corta y enfermedades crónicas en los gatos.
Observe el comportamiento en el arenero
La caja de arena es un buen lugar para vigilar los posibles problemas de salud de su gato senior. Orinar o defecar fuera de la caja de arena es un buen indicio de un problema que hay que tratar. El estreñimiento, la debilidad muscular, la artritis y las infecciones del tracto urinario son sólo algunos de los posibles problemas que podrían estar relacionados con las "pérdidas fuera de la caja de arena". El aumento de las micciones también puede ser un signo de diabetes, problemas renales o estrés.
Si observa que a su gato le cuesta entrar y salir de una caja de arena con laterales altos, puede que sea el momento de considerar la posibilidad de bajar las barreras. Si tu gato no se siente cómodo o le cuesta entrar en la caja de arena, puede que empiece a hacer sus necesidades fuera de ella (algo que nadie quiere, ¡ni siquiera tu gato!) Incluso puedes plantearte añadir cajas de arena adicionales por la casa para mimar de verdad a tu felino de edad dorada.
Cambie la dieta
A medida que los gatos envejecen, también cambian sus necesidades dietéticas. Su veterinario debería poder ofrecerle recomendaciones dietéticas a medida que su gato envejece. También es una buena idea controlar la ingesta de alimentos de su gato, especialmente si tiene varios gatos en casa, para proporcionar la mejor información a su veterinario.

Hacer mucho ejercicio
Aunque su gato se esté haciendo mayor, el ejercicio regular puede ser aún más importante para que se mantenga feliz y sano a largo plazo. Aunque no quiera jugar con ellos de forma demasiado brusca, no olvide que los gatos mayores suelen estar tan dispuestos a jugar como cuando eran gatitos.
De hecho, puede que incluso se aburran. Pruebe a darles juguetes nuevos para despertar su interés. Y no olvide los beneficios de los "juegos cerebrales": utilice rompecabezas de comida para mantener su cuerpo en movimiento y su mente activa.